domingo, 8 de outubro de 2017

La contemporaneidad del pensamiento estratégico de Clausewitz

Este trabajo fue presentado como requisito de la Asignatura Lectura Académica del Curso de Comando y Estado Mayor Conjunto, de la Escuela de Graduados de Doctrina Conjunta (EGDC), del Ministerio de Defensa de la República Dominicana, y tuvo como objetivo realizar un análisis crítico del libro De la guerra, de Carl von Clausewitz.
Carlos Evando dos Santos
23 Maio 2017

Inicialmente, es presentada una reseña biográfica del autor, Carl von Clausewitz, uno de los mayores estrategas de la Historia. Sus teorías filosóficas sobre el fenómeno de la guerra, recopiladas en el libro analizado, son consideradas como uno de los más completos tratados acerca del tema.
A continuación, se hace un aporte alPrefacio de Carl von Clausewitz a un manuscrito suyo sobre la teoría de la guerra, escrito entre 1816 y 1818, y alComentariode él mismo sobre la génesis de sus primeros textos sobre el tema, redactados hasta 1818.
En seguida, se produce un aporte sobre el Prefacio de Marie von Clausewitz, a la edición póstuma del clásico de su esposo, a fin de caracterizar las condiciones con que esa obra fue publicada y dada a conocer al mundo.
Posteriormente, son presentados los principales aspectos del Libro III – Sobre la estrategia en general. Dividido en dieciocho (18) pequeños capítulos, este libro es un verdadero postulado sobre el arte de la estrategia militar.
En secuencia, es realizado un análisis crítico, dónde se busca extraer del libro De la guerra, bajo la visión del autor de este trabajo académico, las principales contemporaneidades del pensamiento estratégico de Carl von Clausewitz, o sea, cuáles aspectos defendidos por él continúan vigentes y aplicables.
Por fin, en las conclusiones, son destacadas las principales enseñanzas y presentadas las sugerencias para que otros militares puedan disfrutar de una lectura tan satisfactoria e importante para el estamento militar, en especial para los Comandantes y Oficiales Diplomados de Estado Mayor.

Reseña biográfica del autor
Carl von Clausewitz nació el 1 de junio de 1780, en el pueblo de Burg, Prusia, en el seno de una familia de clase media. Su padre, Friedrich Clausewitz, sirvió como teniente en el Ejército Prusiano bajo las órdenes de Federico, El Grande.
Clausewitz se alistó en el Ejército Prusiano el 1792, a los 12 años de edad, como cabo del 34º Regimiento de Infantería. Participó en su primer combate durante las Campañas del Rin (1793-1794), cuándo la Primera Coalición europea enfrentó al Grande Armée francés de Napoleón Bonaparte.
Clausewitz invirtió en educarse a sí mismo, incluso más allá de los temas estrictamente militares, estudiando arte, ciencia y filosofía. En 1801, a los 21 años de edad, ingresó en la Academia de Guerra de Berlín (Kriegsakademie). A lo largo de sus estudios, fue influenciado por las obras de sus compatriotas Immanuel Kant y Friedrich Hegel, precursores del idealismo alemán.
Hizo amistad con el General Gerhard von Scharnhost, Director de la Academia Militar de Berlín y futuro primer Jefe de Estado Mayor del nuevo Ejército de Prusia, surgido en 1809. Scharnhost ejercería gran influencia sobre él. Los dos hicieron grandes esfuerzos entre 1807 y 1814 por reformar el Ejército Prusiano.
En 1804, Clausewitz fue nombrado ayudante de campo del príncipe Augusto Fernando, de Prusia, iniciando así su contacto con la Casa Real y la alta sociedad prusiana. En 1805, publicó su primera obra criticando los conceptos sobre la estrategia desarrollados por Heinrich von Bülow.
El 14 de octubre de 1806, participó en la Batalla de Jena, que acabó con una aplastante victoria francesa y la desintegración completa del Ejército Prusiano. El Reino de Prusia se convirtió en un Estado satélite de Francia y Clausewitz resultó como “prisionero de guerra” hasta 1808.
En 1810, ya teniendo regresado a su país tras su estadía forzosa en Francia, fue nombrado tutor del príncipe heredero de la corona prusiana, Federico Guillermo, para quien escribió el ensayo titulado “Los más importantes principios del Arte de la Guerra para completar mi curso de instrucción para su Alteza Real el Príncipe de la Corona”.
En 1812, durante la invasión napoleónica de Rusia, Clausewitz solicitó baja voluntaria del Ejército Prusiano y se puso a servicio del Ejército Ruso, ejerciendo varias funciones, entre las más importantes como Jefe de Estado Mayor de algunas unidades militares rusas.
Clausewitz participó en la retirada rusa y combatió en la Batalla de Borodino. Como Jefe del Estado Mayor de un cuerpo de ejército, fue testigo directo de la retirada francesa desde Moscú, incluyendo el desastroso cruce del río Beresina.
En 1813, volvió a entrar en servicio en su ejército de origen. Participó en la Batalla de Leipzig y se distinguió en la Batalla de Lützen, en la que resultó herido tras liderar personalmente varias cargas de caballería. En la misma batalla, resultó mortalmente herido su mentor, Scharnhorst, que falleció unos días después.
En 1815, Clausewitz fue nombrado Jefe de Estado Mayor del III Cuerpo de Ejército Prusiano, ocupando dicho puesto durante la Campaña de Waterloo. Participó en la Batalla de Ligny, el 16 de junio de 1815, en contra las tropas dirigidas personalmente por Napoleón Bonaparte.
En 1818, fue ascendido a Mayor General y nombrado director de la Academia Militar Prusiana en Berlín. Se mantuvo en dicho puesto hasta 1830. Ocupó su tiempo en preparar diversos libros y ensayos sobre campañas militares, poniendo en sobre el papel las fuertes impresiones que la guerra ejerció en él, en particular sobre el impacto que tuvo en sus emociones y sentimientos.
Clausewitz falleció el 16 de noviembre de 1831, a los 51 años de edad, víctima de una epidemia de cólera. Su viuda, la Condesa Marie von Brühl, publicó en 1832 los manuscritos inacabados de Clausewitz, que se convirtieron en De la guerra.
Carl von Clausewitz no tuvo hijos.

Prefacio y comentario del autor
Carl von Clausewitz, en su prefacio, en verdad a un manuscrito sobre la teoría de la guerra, escrito entre 1816 y 1818, empieza destacando que su obra no es un producto científico, no es una teoría completa, sino ofrece materiales para ella. 
Su intención inicial era indagar sobre la esencia de los fenómenos de la guerra y poner de manifiesto los vínculos entre estos fenómenos y la naturaleza de sus partes integrantes, sobresaliendo los aspectos relevantes de la experiencia.
Sus escritos fueron basados en años de reflexión, el intenso trato con hombres altamente capaces que han conocido la guerra y en análisis, observaciones, teorías y experiencias. Todo eso resultó en algunas ideas y convicciones que prefirió escribir en forma de “pequeñas pepitas de metal puro” (capítulos cortos).
Las afirmaciones contenidas en el texto, según Clausewitz, tratan de los elementos principales de la estrategia. Las sentencias son cortas, precisas y concisas, sin preocupación con la conexión formal. Se buscó concentrar la esencia en una menor extensión. Sin embargo, con el tiempo, su intención inicial fue abandonada por completo y Clausewitz decidió desarrollar todo lo que fue posible, pensando en los lectores que no estaban familiarizados con el tema de la guerra.
Al final, la “esperanza” de Clausewitz había se transformado en escribir un libro para no ser olvidado al cabo de dos o tres años y que pudiera ser retomado más de una vez por aquellos lectores interesados en el tema.

Prefacio de Marie von Clausewitz
Marie von Clausewitz, el 30 de junio de 1832, en el Palácio de Mármol, en Postdam, escribió el Prefacio de la edición póstuma de la gran obra de su esposo, Carl von Clausewitz, De la guerra.
Marie empieza declarando que ciertamente los lectores quedarán soprendidos con el facto de una mujer escribir el prefacio de una obra titulada De la guerra. Continúa diciendo que el libro ocupó, por lo menos en pensamiento, los últimos doce (12) años de la vida de su esposo. 
Revela que el propio Clausewitz ya había dicho que no lograría publicar el libro en vida y que ella debería publicarlo. Estas palabras, ante la muerte de su esposo en 1831, la obligaron a realizar lo que él había predicho. Aporta aún que Clausewitz dedicó mucha energía y amor a la tarea de escribir De la guerra.
Agrega que el libro fue escrito a partir del año 1816, con breves ensayos vagamente enlazados entre sí. Hasta 1818, cuando fue nombrado Director de la Academia de Guerra de Berlín, Clausewitz no había tenido tiempo para continuar escribiéndolo. De 1818 hasta 1830, fue posible avanzar con sus escritos en armonía con la nueva función desempeñada.
En marzo de 1831, habiendo sufrido la pérdida de su amigo y jefe General August von Gneisenau, fue reconfortado con la posibilidad de reanudar su obra y completarla. Pero, Dios había decidido otra cosa para él. El 16 de noviembre de 1831, Clausewitz murió, víctima de cólera (motivo no confirmado).
Según Marie von Clausewitz, los legajos que las manos de Clausewitz habían sellado no fueron abiertos hasta después de su muerte. Los restos literarios fueron publicados en los dos (2) volúmenes exactamente como fueron encontrados, sin que haya sido añadida o eliminada ninguna palabra.
Se mantuvo la originalidad de los textos.

Libro III - Sobre la estrategia en general
El Libro III (Sobre la estrategia en general), de la obra De la guerra, de Carl von Clausewitz, está dividido en dieciocho (18) pequeños capítulos, que tratan de los elementos principales de la estrategia.
En el Capítulo I (Estrategia), el autor define estrategia como el empleo de un combate para lograr el propósito de la guerra, aclarando que se debe siempre buscar definir un objetivo final. Además de eso dice que el genio debe estar enfocado en dirigir las campañas ajustándolas a los objetivos y recursos disponibles. En la estrategia todo es muy simple, lo más difícil es demonstrar fortaleza de carácter, lucidez y firmeza de mente para seguir el curso previsto, para aplicar el plan sin desviarse del objetivo final. Considera que para lograr el objetivo final es necesario, a veces, considerar pasos intermedios. Sin embargo, ventajas aisladas no pueden ser evaluadas al margen del resultado global.
En el brevísimo Capítulo II se presentan los Elementos de la Estrategia. Los elementos morales son las influencias intelectuales y psicológicas. Los físicos se refieren a la magnitud, composición y armamento de las fuerzas armadas. Los matemáticos son los varios ángulos de las líneas de operaciones, incluyendo movimientos convergentes y divergentes. Los geográficos tratan de la influencia del terreno sobre las operaciones. Los estadísticos cubren el apoyo y el mantenimiento. Todos estos factores, según Clausewitz, están entrelazados y forman parte de la estrategia.
En el Capítulo III (Factores morales), Clausewitz otorga a las cualidades morales, de modo asombroso por su contemporaneidad, todo el valor que ellas merecen y que aun así son consideradas en la actualidad. Según él, el espíritu y la voluntad mueven y dirigen las fuerzas militares en la guerra. La Historia proporciona la prueba más sólida de la importancia de los factores morales y de sus efectos sobre los ejércitos y, consecuentemente, sobre la guerra.
El Capítulo IV destaca la habilidad del comandante, la experiencia y el valor de los soldados y el espíritu patriótico, como los principales elementos morales a considerar en la guerra.
El Capítulo V (Virtudes militares del Ejército), enseña que las cualidades militares de un ejército se basan en el individuo que se impregna del espíritu y de la esencia de la actividad. El espíritu de cuerpo, el orgullo profesional, la cohesión, el respeto y la confianza traducen el verdadero espíritu militar, que es uno de los más importantes elementos de la guerra. Y ese espíritu solo tiene dos orígenes: una serie de guerra victoriosas o el empleo frecuente del Ejército al límite de sus fuerzas. Además, añade que la disciplina, destreza, voluntad, orgullo y moral son atributos del Ejército en tiempos de paz.
En el Capítulo VI (Audacia), Clausewitz relaciona la audacia con la certeza de la victória en la guerra y la opone a la prudencia y a la discreción. Audacia, para él, es la capacidad de eleverse por encima de los peligros más amenazadores. Es un factor de planificación como otros tan importantes. Puede ser un rasgo natural de los hombres o puede ser resultado de una guerra victoriosa librada al mando de un general audaz.
El Capítulo VII (Perseverancia), hace destaque a que, en la guerra, más que en ninguna otra actividad, las cosas no marchan como se espera. Así, el mando y los soldados están expuestos a incontables impresiones perturbadoras y poco estimulantes. En ese sentido, la perseverancia en la dirección elegida es el contrapeso esencial para vencer los esfuerzos, dificultades y privaciones infinitos. Como los hombres, bajo presión, tienden a ceder a sus debilidades físicas e intelectuales, sólo una enorme fuerza de voluntad podrá guiarle hacia el objetivo.
En el Capítulo VIII, que trata de la superioridad numérica, Clausewitz hace abstracciones para reconocer que la superioridad numérica es el factor que más influye en el resultado del combate, pero esa superioridad debe ser bastante grande para neutralizar todas las demás circunstancias. En ese sentido, es preciso llevar el mayor número de soldados posible al punto decisivo del combate. El factor primordial es la posesión de fuerza suficiente en el punto realmente vital. Si no se alcanza la superioridad absoluta, se debe obtener la superioridad relativa. El cálculo de espacio y tiempo es lo más relevante. 
En el Capítulo IX (Sorpresa), se trata del principio universal de tomar al enemigo de sorpresa. A pesar de la importancia de la sorpresa, Clausewitz considera que raramente ella puede proporcionar un triunfo destacado. Por ello, sería un error considerar la sorpresa como elemento clave en la victoria, hasta porque ella es más un recurso táctico que estratégico. En el campo de la estrategia, es muy raro que un estado sorprenda a otro. 
En el Capítulo X (Astucia), Clausewitz dice que es peligroso utilizar fuerzas considerables durante cierto tiempo para producir una ilusión, pues siempre se corre el riesgo de no ganar nada y de no disponer de las tropas desplegadas cuando realmente hagan falta. Así, él recomienda la astucia solamente cuando el comandante sea tan débil que de otro modo no tendría posibilidades.
El Capítulo XI (Concentración de fuerzas en el espacio), establece que la mejor estrategia es siempre ser muy fuerte, tanto en general como en el punto decisivo y que no hay regla estratégica más alta y sencilla que la de mantener las fuerzas concentradas. Para Clausewitz, dividir las fuerzas es una excepción y debe ser justificada.
El Capítulo XII (Unificación de fuerzas en el tiempo), trata de la importancia del empleo simultaneo de todas las fuerzas previstas y disponibles para un fin estratégico. Sin embargo, esto no signifca que los esfuerzos sucesivos y el efecto sostenido no tengan lugar en la estrategia. No se puede ignorar el despliegue contínuo de nuevas fuerzas.
En el Capítulo XIII (La reserva estratégica), Clausewitz aborda la importancia de la reserva con dos propósitos distintos. El primero, prolongar y renovar la acción. El segundo, neutralizar amenazas imprevistas. En el campo de la estrategia, también es importante mantener en reserva una fuerza proporcional al grado de incertidumbre estratégica. Pero, solamente para situaciones de emergencia. Esa reserva tendrá su valor definido tanto cuanto sea el valor del empleo previsto para ella. Cuando se alcanza la fase decisiva de la batalla, la reserva estratégica pierde su importancia y no debe ser mantenida como tal.
En el Capítulo XIV (Economía de fuerzas), Clausewitz hace duras críticas a los principios de guerra reducidos a la trayectoria de la razón a una simple línea. En ese sentido, defiende que se debe asegurar que todas las fuerzas están siendo utilizadas, que todas las fuerzas están comprobadamente activas en el campo de batalla. Si hay fuerzas que no están siendo empleadas mientras el enemigo está combatiendo, esta es una medida antieconómica. Es peor que utilizarlas indebidamente.
En el Capítulo XV (El factor geométrico), Clausewitz rechaza la tendencia de la época de sustitución de conceptos para transformar la guerra en un fenómeno más científico. Él reconoce que las pautas geométricas tienen su importancia para la táctica, pero no para la estrategia. La teoría de movimiento de tropas, la forma y disposición con que se despliegan las fuerzas en la guerra tienen que ver con la geometría, pero en la estrategia el principio geométrico no es decisivo, pues en ese campo los tiempos y espacios son mucho más amplios.
En el Capítulo XVI (La suspensión de la acción en la guerra), Clausewitz concluye que los choques violentos se ven interrumpidos por períodos de observación durante los cuales ambos bandos están en la defensiva, pero, normalmente, uno de los dos está motivado y esto tiende a influir en su comportamiento. El elemento decisivo, a menudo, mantendrá la continuidad de la acción y pondrá uno de los dos bandos en ventaja.
El Capítulo XVII trata de la naturaleza de la guerra contemporánea. Clausewitz destaca, basado en casos históricos, que la guerra contemporánea ha reducido a nada las viejas y aceptadas prácticas. Ahora, restó demostrado que el espíritu y el temperamento de una nación pueden aportar mucha cosa a la suma total de su política, su potencial para la guerra y su capacidad de lucha. Fueron los casos de Francia, Rusia y Prusia. Ahora que los gobiernos saben de esas potencialidades, no cabe imaginar que no los van a utilizar en el futuro.
En el Capítulo XVIII (Tensión y descanso), Clausewitz analiza lo que se puede lograr mediante la comprensión de la naturaleza dinámica de la guerra, en particular en los momentos de tensión y de pausa. Para él, las iniciativas tomadas durante el estado de tensión tienen mucho más valor y producirán más resultados que en el estado de equilibrio. Para Clausewitz, el estado de crisis es la auténtica guerra y el estado de equilibrio es solo un reflejo de ella.

Análisis crítico de la obra
De la guerra es una obra inconclusa. Solamente el primer capítulo del Libro I fue revisado por el autor. Clausewitz había trazado planes para completarla, pero la enfermad que le sacó la vida en 1831 no lo permitió. A pesar de eso y de las controversias, De la guerra hace parte de la esencia de la literatura militar. Fue pionera en considerar la guerra como un fenómeno social.
Clausewitz fue un gran defensor del estudio de la Historia Militar. Pero, fue enfático al decir que cada época debe ser entendida en sus propios términos. Las referencias históricas ayudan en el sentido amplio de entendimiento del mundo, sin embargo, sobre ellas debemos tener sentido crítico al hacer juicios de valor.
Es posible decir que Clausewitz tenía muy bueno sentido de la realidad al entender la naturaleza de los procesos militares y el lugar que ocupa la guerra en la vida social y política de una nación. Él buscó conocer las características de los conflictos armados y conocer las razones para su desarrollo.
En ese sentido, basado en su vasta experiencia en las guerras europeas, Clausewitz concluyó que las instituciones militares y la forma con que éstas usaban la violencia dependían de las condiciones económicas, sociales y políticas de sus respectivos Estados.
Su interpretación de la naturaleza dual de la guerra es uno de los conceptos que traspasó el tiempo. Sobre ese sentido dual, dividía la guerra en dos tipos: la guerra para derrotar totalmente el enemigo y la guerra para conquistar territorio y obtener ventajas para negociaciones futuras.
Con respecto al propósito de la guerra, Clausewitz defiende, a lo largo de todo el libro, que la guerra se dirige al logro de un fin político. En consecuencia, la preparación social y económica, planeamiento estratégico, conducción de las operaciones y el uso de la violencia en todos los niveles deben estar dirigidos por este fin. A partir de los objetivos políticos (lo que hacer), son elaboradas las estrategias (cómo hacer) para lograr tales fines. En razón de eso, muchos países han adoptado el nivel político como uno de los niveles del planeamiento militar.
Sobre el concepto de desgaste, Clausewitz dice que hacer la guerra es muy difícil, pero la mayor dificultad es permanecer fiel en la acción a los principios establecidos inicialmente, o sea, a los objetivos o propósitos políticos. Este concepto está entrelazado con su propia definición de estrategia: el empleo de un combate para lograr el propósito de la guerra, aclarando que se debe aplicar los planes sin desviarse del objetivo final (objetivo, que es un principio de guerra), mismo que sea necesario para ello, considerar pasos (objetivos) intermedios.
Los Elementos de la Estrategia definidos por Clausewitz (morales, físicos, matemáticos, geográficos, estadísticos) coinciden con los factores de la decisión considerados actualmente (misión, enemigo, terreno, tropas y tiempo).
Muchos otros aspectos tratados por Clausewitz en De la guerra atravesaron el tiempo y permanecen contemporáneos, siendo empleados por muchos países, como son los factores morales (principio de guerra), las virtudes militares, la audacia (hoy en día, la ofensiva, principio de guerra), la perseverancia (principio de guerra), la superioridad en el punto decisivo y la concentración de fuerzas (principio de guerra) y la suspensión de la acción en la guerra (se debe mantener la iniciativa particularmente en el estado de tensión).
A pesar de Clausewitz oponerse a la transformación del arte de la guerra en ciencia y realzar la figura del genio, sus teorías contribuyeron para el logro de ese cambio, pues a partir de él se enfatizó más los aspectos científicos de la guerra, pues se entendió que los grandes genios militares se quedaron en el pasado. En su lugar, fue consolidada la institución del Estado Mayor en apoyo al Comandante.
Por fin, no hay como hablar de Clausewitz sin hacer referencia a su Teoría de la Trinidad Paradójica: gobierno, fuerzas armadas y pueblo. Cada uno de estos imanes tienen su función en la guerra. El gobierno define los objetivos políticos a alcanzar; las fuerzas militares son los medios y el pueblo la voluntad. De esa forma, la guerra depende intrínsecamente de estos tres imanes para desarrollarse.

Conclusiones
Este trabajo tuvo como objetivo principal hacer un análisis crítico del libro De la guerra, del general prusiano Carl von Clausewitz, particularmente del Libro III – Sobre la estrategia en general.
Después de casi dos siglos, Carl von Clausewitz y De la guerra siguen siendo valorados en el escenario mundial, promoviendo y apoyando los estudios sobre los conflictos militares en varios centros de estudio en todo el globo.
Clausewitz, al escribir De la guerra, eternizó muchos conceptos, principios y aspectos del fenómeno de la guerra, que él consideraba como esencialmente social. Es importante destacar que el análisis de Clausewitz es profundo porque es un enfoque filosófico y se concentró en el concepto más amplio de la estrategia.
La relación entre la política y la guerra, siendo esta última subordinada a la primera, determina las condiciones para la organización de las fuerzas a fin de lograr los objetivos políticos. El contexto y la voluntad política guían la lógica de la guerra y proporcionan los elementos para su comprensión y desarrollo.
Clausewitz definió la naturaleza de la guerra por sus elementos universales y permanentes, admitiendo que sus características son mutables. La discusión sobre el centro de gravedad, la fricción y la incertidumbre en la guerra es “eterna”. 
Aunque las guerras contemporáneas presenten nuevas ideas y tecnologías propias, estos modelos no son capaces de cambiar su naturaleza esencial, haciéndolos insuficientes para una negación de los principios clausewitzianos.
Por todo ello, a modo de conclusión, De la guerra, de Carl von Clausewitz, es un libro que fundamentalmente debe hacer parte del acervo de lectura de los militares, en particular de los Oficiales Diplomados en Comando y Estado Mayor, que son planificadores y estrategas por la naturaleza de sus funciones.


Referencia:

Clausewitz, Carl von. De la guerra. Dirección y traducción por Michael Howard y Peter Paret. Ensayos introductorios de Peter Paret, Michael Howard y Bernard Brodie. Comentario de Bernard Brodie. Índice por Rosalie West. Madrid: Imprenta del Ministerio de Defensa, 1999.


Um comentário:

  1. Excelente artigo sobre o Livro III – Sobre la estrategia en general. Aguça o interesse de quem pretende ler "De la guerra" de Carl von Clausewitz

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